Desde 2002 soy síndico de la Fundación Krishnamurti Latinoamericana (FKL), una de las cuatro fundaciones creadas por Jiddu Krishnamurti. Durante estos años he viajado por la mayoría de países de habla hispana, América Latina y España, realizando la labor de difundir la llamada 'Enseñanza de J. Krishnamurti', manteniendo reuniones con grupos y personas, participando en programas de radio y TV. A su vez, he participado en los Encuentros organizados regularmente por las Fundaciones: Chennai-India (KFI), Ojai-USA (KFA), Brockwood Park-Inglaterra (KFT), y la misma FKL-España, siguiendo el sugerimiento dejado por el mismo Krishnamurti. 
La labor de la FKL, conjuntamente con el resto de Fundaciones, es muy simple: Difundir ampliamente la obra de Krishnamurti en el ámbito social y educativo, para que esté al alcance de todos los interesados. Por mi parte, me he comprometido a realizar esa labor dejada por Krishnamurti específicamente a sus Fundaciones, y a garantizar que todos las donaciones tan generosas recibidas se inviertan en cumplir esa responsabilidad, para que la difusión tenga continuidad en el futuro. 
Hace años que me interesé en el estudio de la obra de Krishnamurti y, en especial, en ese enfoque tan revelador que nos brinda JK de cómo abordar la propia vida de uno, la vida de cualquier ser humano. A modo personal, puedo decir que como la mayoría he estudiado las enseñanzas de Krishnamurti con pasión; inicialmente a través de los libros, audios, vídeos y, en los últimos años, participando en diálogos e investigaciones con muchas personas, algunas de ellas estuvieron cerca de Krishnamurti.
Considero que es fundamental observar nuestra propia mente en acción y tomar conciencia de la multitud de los patrones (estímulo-respuesta) que inundan la red de nuestros pensamientos. Estamos tan programados para generar problemas y luego resolverlos, que nuestra vida se mueve en ese círculo tan reducido. Por eso Krishnamurti nos pregunta: "¿Es posible no hacer un problema de cualquier cosa?". Una pregunta que nos trae una perspectiva totalmente nueva, que nos ofrece la posibilidad de que la mente observe su propio movimiento, su constante actividad contradictoria, conflictiva y así descubrir si existe una nueva orientación para nuestra vida. La base para esa nueva dirección es el conocimiento propio; o sea, aprender e investigar en nosotros mismos, y ver si es posible liberarnos del condicionamiento acumulado, generador de la mayoría de nuestros problemas y desdichas.