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Encuentros Krishnamurti: Ante un Mundo en Crisis. Lo que la vida nos enseña en tiempos difíciles.

Encuentro de diálogo con Daniel Herschthal para conocer y ahondar sobre J. Krishnamurti.

DIAS Y HORARIOS:

Jueves 17/10/2019 - 19:00 hs. a 20:30 hs.

  • No podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos».
  • ¿Es posible una manera totalmente diferente de vivir?
  • La necesidad de una mente holistica.
 
 
El significado del término «diálogo» es algo distinto del que suele atribuírsele. El origen etimológico de las palabras suele servir de ayuda para comprender su significado y, en este sentido, el término «diálogo» proviene de la palabra griega dialogos, una palabra compuesta de la raíz logos, que significa «palabra» (o, en nuestro caso, «el significado de la palabra») y el prefijo dia, que no significa «dos» sino «a través de». El diálogo no sólo puede tener lugar entre dos sino entre cualquier número de personas si se lleva con un espíritu adecuado . La imagen que nos proporciona esta etimología sugiere la existencia de una corriente de significado que fluye entre, dentro y a través de los implicados. El diálogo hace posible, en suma, la presencia de una corriente de significado en el seno del grupo, a partir de la cual puede emerger una nueva comprensión, algo creativo que no se hallaba, en modo alguno, en el momento de partida. Y este significado compartido es el «aglutinante», el «cemento» que sostiene los vínculos entre las personas y entre las sociedades.
Comparemos esto con el significado de la palabra «discusión», un término que tiene la misma raíz que las palabras «percusión» y «concusión», y cuyo significado es disgregar. El término «discusión» subraya la idea de análisis, de personas que sostienen puntos de vista diferentes y que, en consecuencia, conciben y desmenuzan las cosas también de modo distinto, lo cual, obviamente, tiene su importancia, pero resulta limitado y no nos permite trascender la divergencia de puntos de vista. En este sentido, la discusión se asemeja al pimpón en que las ideas van y vienen y en que el objetivo es ganar o conseguir el mayor número de tantós posible. Tal vez, en un juego de estas características, se apele a las ideas de alguien para respaldar las propias, pero el objetivo, en cualquiera de los casos, es vencer. Éstos son, al menos, los cauces por los que habitualmente suele discurrir una discusión.
 
El espíritu del diálogo, sin embargo, es completamente diferente porque, en él, nadie trata de ganar y, si alguien gana, todo el mundo sale ganando. En el diálogo no se trata de obtener más puntos ni de hacer prevalecer una determinada perspectiva porque, cuando se descubre un error, todo el mundo sale ganando. El diálogo es un juego al que podríamos calificar como «ganar-o-ganar» (a diferencia de lo que ocurre en la discusión, un juego del tipo «yo-gano-tú-pierdes»). Pero el hecho es que el diálogo es algo más que una participación común en la que no estamos jugando contra los demás sino con ellos.)
(David Bohm)

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